24.4.09

BIEN PACÍFICO !!

En el último escrito estaba en el Caribe y hoy mismo llevo varios días recorriendo la costa del Estado de Guerrero en el Pacífico Mexicano. Debido al diario trajín, no he podido transcribir la cantidad de historias que se han suscitado así como los diferentes caminos por los que he pasado.
Pero heme aquí, para contarles que estoy viaje y viaje, que he estado en ciudades coloniales y playas, que monté a caballo, que he comido platillos suculentos, que he nadado en el mar, en el río, en la laguna y en la alberca, que he visto todos los colores en el cielo, que he salido de madrugada y vuelto de noche, que he conocido mucha gente, que cada día duermo en un lugar diferente, que veo las estrellas, que escucho a las aves, que me relajo con el movimiento del mar y el sonido de sus olas, que confirmo que el sol brilla distinto en cada sitio, que cada ciudad y pueblo tienen su encanto y que soy feliz, que disfruto lo que hago y que siempre he sabido agradecer.
Nos seguimos leyendo por acá ...

7.4.09

DE TULUMES Y PLAYAS


Después de un delicioso desayuno de huevos con chaya, decidí tomar el rumbo por mi cuenta para dejar Cancún por unos días y dirigirme hacia la llamada Riviera Maya. El autobús antes de llegar a su destino final que es Tulúm, hace varias paradas en los puntos principales como Puerto Morelos, Akumal, Xcaret, Xel ha y Playa del Carmen. Seguí mi ruta para bajar en el punto exacto y caminar alrededor de un kilómetro hacia la Zona Arqueológica y la entrada de la zona. Vi mucha gente y decidí que otro día sería mejor opción. Seguí caminando para encontrarme con las primera cabañas que hasta hace unos años eran conocidas como Mirador, Santa Fe y Don Armandos. Pues ya no existe ninguna de ellas, dos clausuradas por problemas políticos y la otra con nuevo dueño y concepto distinto. Vaya, vaya, uno deja de venir un tiempo y todo cambia. Aunque debo decir, la vibra del lugar, la playa misma, el mar y las palmeras que quedan, siguen creando ese ambiente mágico y especial que emana de la única ciudad maya a la orilla del Caribe. Pues bien, me instalé en Zazil-Kin en una cabaña muy sencilla con cama matrimonial, mesita y una silla. Piso de arena, unas cuantas velas y listo. Ya instalado, lo que sigue ... un chapuzón en el mar caribe, que fue lo más delicioso de la jornada. El agua tibia, el viento cálido, el sol de la tarde cayendo ligero, los pájaros volando sin cesar, gaviotas, pelícanos y una que otra ave endémica danzaban con el viento. Poco a poco fue cayendo la tarde con esos tonos amarillos-rosas-naranjas-rojos que nos hacen respirar profundo y agradecer este momento. La noche fue muy tranquila, de escuchar las olas, el viento y descansar.
Al otro día, me fui a snorkelear al arrecife, venía preparado con mi kit así que gran parte de la mañana la pasé en el agua. Por la tarde temprano quería caminar por toda la orilla hasta un cenote que está a 2 horas, pero ni más ni menos que en mi andar me topé con una señora que ofrecía masajes mayas y no lo pude resistir. 75 minutos de sesión que me dejaron más tranquilito que nunca. Decidí entonces relajar en la playa. Al rato comencé a escuchar los primeros sonidos de un tambor y me acerqué. Nunca voy a olvidar esas aventuras con mis amigos rastas toque y toque los tambores, aquí en Tulúm, bajo una lluvia de estrellas. Llegué tan cerca al que tocaba, que al terminar nos saludamos y le pedí el tambor por un instante para sentir mis manos en el cuero y crear música. Me acompañó con unas claves y una flauta. Un momento lindo que nos hizo sentir y bailar por varios minutos a varios de los presentes que se fueron uniendo hasta ver la gran noche negra caer en un cielo sin nubes. En Tulúm siempre pasa algo extraordinario.
Días después, correspondía el turno a Playa del Carmen. Esta ciudad perteneciente al Municipio de Solidaridad, en la que es notorio el desarrollo de este polo turístico a más no poder. Tiene el promedio más alto del mundo en crecimiento de población. Dicen que más del 200% por año, algo verdaderamente increíble. Donde antes no había nada más que selva, plantas y animales, ahora surgen las plazas, los edificios, los comercios, etc, etc. Me sorprendió mucho, sobretodo al recordar que hace 20 años veníamos para acá a a comer pescado y marisco recién salido del mar y casi que se lo comprabas a los mismos pescadores. Había algunas palapas cerca de la playa y una calle principal que se convertiría en la ahora famosa "Quinta Avenida". Era un verdadero pueblo, que sinceramente, a pesar de todo lo nuevo que tiene, sigue siendo un sitio con bastantes limitaciones de infraestructura para considerarla una ciudad real, pero ahí la lleva. La pasé padre, di un muy buen rol, comí con una amiga y emprendí regreso a tierra cancunense.
Próxima parada Mahahual ...

3.4.09

CANCÚN !!

Después de dos horas de vuelo y al salir por la compuerta delantera respirando esos primeros segundos de aire caribeño, recibí la bienvenida como de quien vuelve a casa después de mucho tiempo, como un abrazo imaginario. Tenía cuatro años que no venía por estos lares y otro tiempo igual que viví en esta ciudad llamada Cancún. Cantidad de recuerdos, anécdotas e historias que fueron apareciendo en mi cabeza al ir de camino desde el aeropuerto hacia la terminal. De entrada, me sorprendió la cantidad de construcciones nuevas, remodelaciones, infraestructura. Vaya que ha crecido este sitio que alguna vez fue un pedazo de selva. Un poco de tráfico sobre la Tulúm (algo que antes no había) y una movilización de simpatizantes de la Cruz Roja (que tampoco había visto) hizo que se desviara el autobús para tomar la Yaxchilán. Para mí era mejor, en poco tiempo estaba recorriendo dos calles importantes. Lugares nuevos, comercios, restaurantes y bares iban apareciendo en una avenida que parecía tener un cierto resurgimiento aunque ya después me entero que es la perdición. En fin. Veo una ciudad diferente sí, pero con ese no sé qué, que siempre me ha atraído. Finalmente llego y me reciben mis tíos que viven a unas cuadras solamente. Unos camaroncitos de entrada y unas cuantas cervezas. Una vuelta por aquí y por allá. Platicamos hasta el cansancio y dormimos. Fueron días familiares, de reencuentros con amigos y colegas, de paseos y diversión, de comer delicioso, ni más ni menos que cochinita pibil casera, pescado a la tikinchik, ceviches al por mayor, de caracol, pulpo, pescado. Días de beber mucha cerveza, algunos tragos y convivencia variada. Una grata estadía sin duda alguna, en este municipio de Benito Juárez.
Próxima parada Playa del Carmen y Tulúm...