Y para cerrar con broche de oro este viaje por los Estados Unidos, no había mejor forma de hacerlo que en una de mis ciudades favoritas. La mismísima San Francisco, ubicada al norte del Estado de California. Nuestra llegada fue amenizada por cantidad de canciones que evocan y recuerdan a este hermoso lugar de la costa del Pacífico famoso por el Golden Gate, los Cable Cars, las calles con subidas y bajadas, la esquina hippie de Haight Street, Alcatraz y un sinfín de atracciones que han hecho que sea visitada por mucha gente de todo el mundo.Después de instalarnos en un Hotel muy elegante, por cierto, nos dirigimos hacia el muy conocido Pier 39 para acercarnos al muelle y tomar un barco que nos llevaría hacia la Isla de Alcatraz así como un recorrido por la bahía para ver los famosos puentes del Golden Gate y el Bay Bridge. Comimos y bebimos abundante. Todo estuvo fabuloso, a pesar del viento gélido que soplaba y algunas gotas de lluvia que cayeron durante el trayecto. Nos mantuvimos en cubierta con vaso en mano de uno a otro lado mientras apreciábamos el paisaje que cambiaba de la claridad del día a la obscuridad de la noche. Cenamos en Fisherman's Wharf y pasamos por un par de bares para tomar unas cuantas cervezas y experimentar la noche. Lo cierto es que estuvo tranquilo porque al día siguiente teníamos muchas actvidades.
Temprano por la mañana tuvimos un city tour recorriendo muchos de los sitios más interesantes de la ciudad y a medio día hicimos un paseo distinto, en esta ocasión en bibicleta. Estábamos muy emocionados, así que armados con casco y nuestro vehículo de dos ruedas, dimos el primer pedalazo por encima del muelle para tomar cuesta arriba y cruzar el puente entre la niebla.
Del otro lado, se encuentra el poblado de Sauzalito, un lugar muy lindo para caminar, visitar sus tiendas y comer en cualquiera de los distintos restaurantes. Pasamos gran parte de la tarde por ahí y nuestro regreso fue en ferry con todo y bicicletas. Por la noche hicimos un recorrido caminando por el Barrio chino que, por cierto, es el más grande fuera de la China. Puedes encontrar lo que quieras y sin duda debes parar en algún sitio para deleitarte con su cocina.
Esa noche estuvo tranquila, unas cuantos tragos en el hotel y ya. A la mañana siguiente y día libre en el tour, me fui con mis amigas inglesas a recorrer caminando esta fascinante ciudad.
Estuvimos en el Golden Gate Park, Haight and Ashbury, en las más importantes avenidas y, por supuesto en la calle de Lombard que es muy famosa por un tramo muy estrecho y curvas muy cerradas con espectacular vista hacia la bahía. Compramos chocolates en la fábrica de Girardelli, algunas playeras y recuerditos. Disfrutamos del atardecer y después acudimos a la cena de despedida que fue acompañada con mariscos y unos cortes de salmón que no pude resistir.
Por disitintas razones he estado en San Francisco cuatro veces y debo decir que cada día me gusta más...
