27.9.10

PRIMERA PARADA: COPENHAGUE


La aventura escandinava comienza en un cómodo vuelo desde la ciudad de Munich en Alemania hacia la ciudad de Billund en Dinamarca en donde, por cierto, se encuentra una de las compañías más famosas en la fabricación de juguetes para niños llamada Lego y a tan sólo unos 25 minutos del Aeropuerto el parque de atracciones Legolandia. Algunas familias se encontraban a los alrededores dispuestas a pasar el día divirtiéndose creando cantidad de figuras con estas reconocidas piezas . Yo tan sólo tenía un par de horas de espera en el aeropuerto para tomar mi próximo vuelo así que el sueño infantil de cualquier creación se esfumó de inmediato al regresar a la sala de espera, comer algo y cambiar euros por coronas danesas.
La pequeña aeronave de Cimber-Sterling (Aerolínea vikinga operada por Lufthansa) nos estaba esperando con su capacidad de 32 plazas para un vuelo corto con destino a la capital de Dinamarca: Copenhague. Unos minutos después me encontraba caminando hacia la estación de trenes para dirigirme a la estación central y de allí al Hotel que se ubicaba a unos cuantos metros.
La lluvia no paraba, el cielo nublado y el tren lleno. Eran cerca de las 6 de la tarde, tiempo a penas justo para hacer el check in, dejar mi maleta y acudir al "meeting" que teníamos en el restaurante del hotel con la gente de Contiki (Tour Manager y Chofer). Contiki, por cierto, es la Agencia de Viajes para la cual trabajo, que maneja grupos con edades de 18 a 35 años, que tiene tours por muchas partes del mundo, que utiliza autobuses privados y que garantiza diversión en cada uno de sus destinos. En este caso, el tour que comenzaba este día es conocido como "Scandinavia & Russia" . Caminé unos cuantos metros bajo la lluvia, hice el trámite correspondiente de intercambiar vouchers en recepción y con llave en mano abría la puerta de la habitación. En ella, ya se encontraba Paul, mi compañero de cuarto, un australiano de Adelaida que había llegado un día antes y que estaba listo para bajar a la comentada cita en el Hotel Cabinn City. Acercamos la mayor cantidad de sillas posibles formando un semicírculo y en una informal reunión conocimos a Parri y a Jeremy, ambos australianos, tour manager y chofer respectivamente, que estarán con nosotros los 22 días que dura el tour completo.
Terminada la reunión tuvimos nuestra primera convivencia al dirigirnos a un restaurante para la cena de bienvenida que consistió en una ensalada, carne de res con puré de papas así como un postre de chocolate con una crema que parecía dulce merengue y resultó más agria que un limón. Afuera no paraba de llover y poco a poco obscurecía mientras en cada mesa continuaban las típicas preguntas: De dónde eres? Qué haces? A dónde vas a ir después del tour? Cuánto tiempo llevas viajando y cuánto más viajarás?, etc, etc. No hay mejor conversación que cuando has pasado el tedioso momento de los primeros cinco minutos con las más simples preguntas. Acabada la cena emprendimos el viaje de regreso al hotel ya que el cielo parecía caerse cada vez más fuerte y en pequeños pedazos. No había manera de caminar por las calles o de hacer algún paseo, todo estaba inundado sin embargo acudimos a un bar local y tras un par de cervezas decidimos que era momento de ir a descansar.
A la mañana siguiente, después del desayuno, tuvimos un breve paseo de ciudad por algunos de los principales sitios atractivos como el "Christianborg Palace", "Copenhagen Opera House", "Tivoli Gardens" así como la famosa "Little Mermaid" que en este momento en particular no se encontraba en su sitio de origen recostada sobre una piedra a la orilla del agua. En su lugar había una pantalla transmitiendo en vivo desde Shanghai a ésta famosa "Sirenita" que se encontraba de viaje promocionando Copenhaguen en el oriente. De acuerdo al comentario de algunos locales, ésta era la mejor manera de promocionar a la Capital danesa.
Tuvimos algunas horas libres para explorar la ciudad, el día aclaraba y el sol comenzaba a brillar en lo alto así que Cristina de Brasil y yo, caminamos por todos lados siguiendo un recorrido que ella tenía establecido previamente. Nos encontramos con los edificios principales, puentes y estatuas, entre ellas las del famoso cuentista Hans Christian Andersen. La ciudad me pareció interesante, la disfruté mucho caminando, era domingo por la mañana, había una competencia de ciclismo y locales y visitantes fueron saliendo en el transcurso del día, impulsados por el buen clima que se avecinaba para las horas siguientes. Nuestra caminata finalizó en la estación central donde cambiamos euros por coronas suecas y comimos antes de partir hacia nuestro próximo destino: Gotemburgo, Suecia. Estoy contento con mi primer contacto con esta zona del mundo llamada Escandinavia...