24.2.09

FRONTERA MÉXICO-GUATEMALA

Me encuentro precisamente en un sitio llamado la Mesilla. Después de varias horas y distintas peripecias, hemos llegado a este lugar que nos recibe en esta noche de jueves. Ya no podíamos avanzar más. Aquí en la frontera, nos topamos con una caseta casi improvisada de migración, el papeleo fue sencillo, no había turistas alrededor, al menos no a la vista. El ambiente es extraño, hay poca luz, la música en la calle es estridente. Preguntamos por un espacio para pasar la noche y las opciones fueron una mala y la otra peor. Un cuarto con dos camas y una gran ventana fue el elegido.Se escucharon gritos, peleas incluso y uno que otro ruido extraño debajo de las camas que no quisimos investigar su procedencia. Esa sensación que casi siempre percibes en lugares limítrofes y frontera entre países. Una cierta inquietud de no pertenecer ni aquí ni allá.
A la mañana siguiente todo era diferente, el ánimo y las proyecciones del día nos llevaron a
Huehuetenango, un pueblo bonito. Los caminos aquí en Guatemala están muy descuidados, para poca distancia haces mucho tiempo. Cerca del medio día, llegamos a las ruinas de Zaculeu, caminas un kilómetro para llegar a la zona, no había turistas nuevamente. El lugar es pequeño pero mágico, como todas las tierras mayas.
De vuelta y antes de comprar los boletos de autobús, se nos acercó un señor para ofrecerse a llevarnos a mi hermano y a mí, por el mismo precio,en una camioneta. De inmediato, aceptamos.
Cerca de dos horas de camino e información de Guatemala proporcionada por Don Simón, nos tienen aquí en Quetzaltenango (tenango=lugar de...). Cambiamos moneda local, es decir, quetzales. Al tipo de cambio nos dieron 291 quetzales por 50 usd. El señor nos ofreció muy amablemente una habitación de su casa. Salimos por algo de comer. En un restaurante anunciaban enchiladas, tuve la curiosidad de saber cómo las preparaban. Jamón, queso y zanahoria ... enchiladas? Nada que ver, en fin. No estaban tan malas.
Una vuelta al centro y al mercado típico para realizar lo que seguramente serán las primeras de varias compras. La artesanía guatemalteca es de mi atracción. Por lo pronto, dos playeras y unas cuantas pulseritas. Visita al parque central y la Catedral. Hace mucho frío, nos comentan que en las madrugadas llega hasta cero. Lo pudimos comprobar esta mañana temprano que hemos caminado 10 cuadras hasta llegar a la Terminal. Todos los camiones en Guatemala son de segunda. En asientos donde caben 3 personas, meten hasta 5 o 6. Y qué decir de los olores y comida que circulan, hasta gallos y gallinas, pues. Pero el paisaje vale la pena. Subes y bajas la montaña hasta que a lo lejos se alcanza a ver el Lago de Atitlán. Bajas, bajas, la neblina va cubriendo y de pronto se abre un sitio con una vibra muy especial llamado Panajachel del cual les hablaré pronto ...

6 comentarios:

Jana dijo...

jeje gallinas en los camiones? cool! .. que padres esos lugares todos llenos de misterio y buena vibra!

saluditos!

PashmiNa dijo...

oye no manches aunque hayas dormido en un hotel de 5° la experiencia que tuviste valió la pena al 100% o no?? qué padreeeee!!!

Cuídate y un beso!

Jo dijo...

besos hasta el borde de la comisura de sus temoreslimitrofes... de rafagas de viento... si .. hasta esa frontera magica, ambientes extraños, luz tenue musica estridente .. es una buena combinación son una excelente opción para sentir emociones


7 besos

Karla dijo...

hoy faltaron las fotos, pero tu relato nos llevo hasta donde estás...sigue disfrutando

desde algún lugar ... dijo...

Jane: Fue un viaje de verdad muy peculiar.

Pash: Excelente experiencia, sin dudarlo

Jolie: Emoción al máximo y beso de vuelta.

Karla: Ya sé ..jeje. Intentaré escanear algunas pero que bueno que llegaste hasta allá con mis letras.

Ra. dijo...

gracias ...ese comentario hasta ruboriza.. jajajaja digo no por volada, si no por lo que se imagina uno jajajaja